miércoles, 22 de enero de 2020

De la crisis de la deuda al crecimiento


El riesgo de que la provincia de Buenos Aires entre en default ha puesto a la deuda del gobierno nacional en el centro de la escena. Las preocupaciones han aumentado respecto de cuán complejo puede ser lograr un acuerdo con un conjunto de acreedores heterogéneos y que seguramente tienen expectativas de conseguir una oferta que les resulte atractiva. 
Resolver el problema de la deuda va a ser sin dudas una tarea compleja, en la que el gobierno enfrentará la disyuntiva de elegir entre un acuerdo rápido con menor quita y una negociación más larga con quita mayor. La decisión no es menor, y si bien la deuda en sí misma es un obstáculo muy complejo, un acuerdo con los bonistas no solucionará mágicamente los desafíos que Argentina enfrenta en el mediano y largo plazo. 
De hecho, la economía no crece desde el año 2011. Y desde entonces, hubo años en los que tuvimos algo de acceso al financiamiento externo y otros en los que vivimos con lo nuestro. Si bien el acceso a los mercados de crédito externo es necesario para poder volver a crecer, y reducir el desempleo y la pobreza, como bien sabemos, no alcanza.

¿Por qué es tan importante encontrar una solución rápida a la crisis de la deuda? 

ü  Mientras Argentina continúe en una situación de cuasi-default, sin acceso a los mercados y con el riesgo país por encima de los 1,000 puntos, va a ser imposible conseguir financiamiento para las inversiones de largo plazo. Olvidémonos de Vaca Muerta, de las obras de infraestructura y de los grandes proyectos de inversión indispensables para crecer y generar los dólares que el país necesita.
ü  Sin acceso al crédito externo se reducen las alternativas para cubrir cualquier tipo de desequilibrio fiscal. Esto implica que el Tesoro seguirá dependiendo del Banco Central para financiar necesidades temporarias, lo que a su vez complica el manejo de la política monetaria y limita la capacidad del Banco Central de combatir la inflación.
ü  Al mismo tiempo, mientras se mantenga la incertidumbre sobre cómo se va a resolver la crisis de la deuda, continuarán las dudas sobre la dureza de los controles cambiarios y las restricciones para acceder al mercado de cambios, si se van a poder importar insumos y acerca de qué tipo de políticas se pueden llegar a adoptar para defender las reservas internacionales, las cuales podrían terminar afectando a la producción.

La resolución de la crisis de la deuda y la vuelta del crédito representan una condición necesaria para generar un círculo virtuoso de inversión y crecimiento; pero no son suficientes. Argentina deberá dar señales de que buscará restablecer los equilibrios macroeconómicos en las cuentas fiscales y externas, de que llevará adelante una política monetaria sana, que mantendrá un tipo de cambio competitivo y que se buscará crear un clima de negocios que favorezca la inversión y la toma de riesgo.

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