viernes, 20 de octubre de 2017

El motor de Brasil nuevamente en movimiento

Brasil ha comenzado a salir de su peor recesión en 100 años. Hay que remontarse a 1914 para encontrar dos años seguidos con caída de la actividad económica como sucedió en 2015 y 2016. En los últimos dos años el PBI de Brasil acumuló una caída de 8% y volvió a los niveles de 2010. Se destruyeron unos 3 millones de empleos, lo que representa un 3% del total.
Estas cifras dan cuenta de la magnitud de la caída brasileña, pero también del espacio disponible para una esperable recuperación. Este año el PBI crecería 0.7% y el consenso en Brasil espera 2.4% el año próximo. No obstante, el riesgo de esta proyección es al alza y mes tras mes esta previsión va aumentando de la mano de datos económicos que vienen siendo mejores a los anticipados (los más osados ya hablan de un crecimiento del PBI del 4.0% en 2018).  
Estas son muy buenas noticias para la actividad económica en Argentina, y sobre todo para la industria, uno de los sectores más golpeados el año pasado por la salida del "cepo", la corrección tarifaria y el fin de las DJAI's.
Cuando las exportaciones a Brasil no crecen, la industria local es incapaz de expandirse. Por eso es tan importante para la industria que la demanda brasileña haya comenzado a recuperarse en los últimos meses. No es casualidad que esto coincida con el repunte que comenzó a mostrar la actividad industrial argentina hace unos meses, apuntalado también por el alza de la demanda doméstica en determinados rubros de peso, como el cemento para la construcción.  


Dado que el crecimiento económico argentino comenzó antes y es más rápido que el brasileño, el déficit comercial bilateral ha estado aumentado bastante rápido desde fines de 2015, cuando estaba prácticamente equilibrado, sobre todo por el aumento de las importaciones de autos, tractores y camiones desde Brasil.
El aumento del déficit comercial se explica mucho más por las menores ventas de autos a Brasil en un contexto de caída de la demanda brasileña (se exporta la mitad de autos que en 2011-14), que por las mayores compras de autos a Brasil (se importa una cantidad similar que en 2011-13).
El flex automotor (dólar importado por cada dólar exportado) está actualmente muy cerca del tope de 1.5 acordado con Brasil. Este déficit es probable que comience a revertirse lentamente de la mano de la recuperación de la demanda de Brasil y de factores microeconómicos (la maduración de inversiones que habilitaron la producción de nuevos modelos en Argentina con demanda en Brasil). El último dato disponible señala que las ventas de Brasil al mercado interno crecieron 30% anual.







viernes, 13 de octubre de 2017

¿Qué cosas cuestan más en Argentina y por qué?

Es un lugar común escuchar que Argentina es un país "caro en dólares". No obstante, mirando los precios finales de determinados bienes y servicios, no parece ser tan así. Sobre todo cuando los precios de los servicios son considerados. Esto es importante desde el punto de vista macroeconómico.

De acuerdo a una publicación que compara los precios en diferentes ciudades, la educación privada, los servicios públicos y el alquiler, que forman buena parte de la canasta de gasto de muchas familias, son más baratos en la Ciudad de Buenos Aires que en otras ciudades de la región. Aunque no sucede lo mismo con los precios de determinados bienes. Entre los más caros se destacan la indumentaria y el calzado, junto a los electrodomésticos y los productos electrónicos.


¿Qué explica los diferenciales de precios?

- En el caso de los servicios públicos son baratos porque los subsidios abaratan el precio final.

- Los colegios privados también son más baratos relativamente, lo cual puede estar explicado por los subsidios directos que algunos reciben.

- Los precios de servicios como restaurants y entretenimiento (cines, gimnasio, etc.) están más en línea con la región.

- Algo similar sucede con los precios de los inmuebles, donde los diferenciales de precios son menores. A pesar de que el metro cuadrado en Argentina está en valores históricamente elevados respecto a variables como el salario, por ejemplo, los inmuebles no están caros en la comparación regional, al no ser un bien comercializable.

- El elevado precio de los inmuebles respecto al salario ayuda a explicar la baja renta de los alquileres, lo que sí se observa más claramente en la comparación regional.

- Los servicios de internet y telefonía móvil son relativamente caros. Es el único servicio que es incluso más caro que en Nueva York y Londres. Debe haber factores específicos a este mercado que lo expliquen, como limitaciones a la competencia.

- En los bienes, que son internacionalmente comercializables, entran otros factores en juego. Sin dudas, buena parte de la explicación radica en los diferentes niveles de protección.

- En Argentina los sectores de la indumentaria, el calzado, los electrodomésticos y los productos electrónicos los precios son elevados en gran parte porque son altamente protegidos.

- No solamente por tener altos aranceles a la importación, sino por medidas para-arancelarias, como LNA's o requerimientos técnicos, que en estos sectores son igual o más relevantes, en tanto en muchos casos terminan directamente impidiendo la importación.




jueves, 5 de octubre de 2017

Una mirada distinta al déficit cuasifiscal

La mirada que predomina sobre el déficit cuasifiscal del Banco Central destaca los pagos nominales de intereses sobre el stock de Lebacs. Este año se pagarán intereses por unos AR$ 200 mil millones (dada una tasa efectiva anual cercana al 27%), lo que equivale al 2% del PBI. En tanto el Banco Central obtendrá ganancias por el efecto de la depreciación sobre sus reservas netas (lo que equivale a unos AR$ 40 mil millones), la medida "nominal" del déficit cuasifiscal ronda el 1.6% del PBI para este año. Vale aclarar que el Banco Central sigue un criterio diferente y computa el resultado de la devaluación todos sus activos dolarizados (incluyendo a las Letras Intransferibles).  
Una mirada alternativa evalúa el costo "real" de las Lebacs, teniendo en cuenta el efecto de la inflación. Desde este punto de vista, lo que importa es la tasa real "ex post" o realizada que se termina pagando por las Lebacs. Así, por ejemplo, el año pasado el costo de esterilizar en realidad fue negativo para el Banco Central, en tanto la inflación fue levemente mayor a la tasa promedio que se pagó por el stock de Lebacs durante el año. Este año la tasa real rondaría el 4%, implicando un déficit cuasifiscal "real" cercano a 0.3% del PBI.



Creemos que la mirada "nominal" al déficit cuasifiscal tiene algunos problemas. Mientras que en 2018 el costo "nominal" de intereses por las Lebacs volverá a rondar el 2% del PBI, el stock de Lebacs en realidad crecería más cerca de 1.0% del PBI, y a pesar de que todavía el Banco Central le transferirá AR$ 140 mil millones al Tesoro para financiamiento (cifra que viene bajando cada año). Desde este punto de vista, la medida "nominal" sobreestima el déficit cuasifiscal.   
La mirada "real" al déficit cuasifiscal pone el énfasis sobre la tasa real que el Banco Central paga por sus pasivos. Desde esta perspectiva, el "costo" de la política antiinflacionaria es menor y se pagaría este año y en 2018, cuando esperamos que la tasa real promedie un máximo que ronde el 5% anual, levemente superior al crecimiento de la economía.
Sin embargo, cuando la tasa real sea positiva pero menor al crecimiento real del PBI, el tamaño del stock de Lebacs disminuirá respecto al PBI (en ausencia de otros factores). Creemos que esto podría suceder en 2019.