La hoja de balance del BCRA al día 23 de junio incluye
activos en dólares por unos US$ 100.000 millones, de los cuales sólo US$ 32.000
millones reúnen las características necesarias para ser considerados como
reservas internacionales. Por el lado de sus pasivos en dólares, sobre un total
de aproximadamente US$ 29.300 millones, actualmente hay US$ 11.000 millones del
swap de monedas firmado con el Banco Central chino (PBOC, por sus siglas en
inglés) que fueran desembolsados antes del arribo del presidente Mauricio Macri
y otros US$ 5.000 de un pase (repurchase agreement o repo) acordado con un
grupo de bancos internacionales a comienzos de este año.
El objetivo del BCRA al momento de tomar ambos
financiamientos fue fortalecer las reservas internacionales: tomó fondos y los
mantuvo en colocaciones líquidas que sí se computan como reservas. Inflar el
balance del BCRA tiene un costo explícito: el diferencial de tasa de interés (o
costo de carry) entre el interés pagado por las deudas y el rendimiento
prácticamente cero de las colocaciones.
En estos momentos el BCRA no enfrenta una situación de caída
de reservas y no tiene sentido pagar un “seguro” para fortalecerlas. Menos
todavía cuando el pronóstico de flujo de capitales será todavía más positivo
hacia fines de año luego de que se apruebe el sinceramiento fiscal.
Por todo lo comentado hasta aquí, sería oportuna una
iniciativa de reducción de pasivos en dólares del BCRA. El paso siguiente es
elegir cuál es el mejor pasivo para “matar”: ¿el repo o el swap de monedas? La
elección depende del interés que se paga por ambas líneas de financiamiento, de
los costos y posibilidad de cancelarlos antes del vencimiento, y de factores
estratégicos y políticos asociados a la relación con el PBOC y con el grupo de
bancos privados del repo (porque a futuro, en otro momento del ciclo, podría
ser necesario retomar estas líneas). El BCRA debería “matar” el pasivo más caro
según surja de evaluar los aspectos recién mencionados.
¿Qué implicancia monetaria tendría precancelar alguno de
esos pasivos? Pues ninguna, ya que se trata de una variación cualitativa del
balance en dólares del BCRA. Caen sus activos en dólares (reservas brutas)
contra pasivos en dólares, sin afectar la porción de pesos de su balance.
Además, por cada US$ 1.000 millones que se precancelen (en la medida en que no
se cobre una comisión por la precancelación) y asumiendo que el costo en tasa
de interés del repo o del swap oscilan en el rango de 6% a 7% anual, el BCRA se
ahorra unos US$ 60 a 70 millones por año de su resultado cuasifiscal negativo.