jueves, 4 de junio de 2020

Las consecuencias económicas del super cepo


Desde hoy el Banco Central tendrá que autorizar o no pagos de importaciones de manera discrecional a menos que el importador declare no tener dólares en el exterior o en una caja de seguridad y se comprometa a liquidar a los 5 días cualquier préstamos externo que reciba. Va a ser más difícil pagar deudas financieras o comerciales también.
Como hemos mencionado en editoriales pasadas, la brecha por encima de 40/50% empieza a generar comportamientos de los agentes que llevan al BCRA a vender reservas. Por ejemplo, en abril se pagaron 24% más importaciones de las que registró el INDEC. Con la brecha señalizando expectativas de devaluación están todos los incentivos a pagar deudas comerciales lo antes que se pueda.
El Banco Central espera que una vez que se cierre la negociación de la deuda soberana, podrá aflojar las restricciones.  Si bien algo puede bajar, el problema es que el mercado todavía duda de que se pueda controlar la inflación y teme que el gobierno avance aún más en las regulaciones y controles de precios.  Habrá que esperar el tan deseado plan económico y un acuerdo con el FMI antes de dar un veredicto.   Nuestro argumento es que parte de la brecha tiene que ver con la incertidumbre de la deuda, pero es difícil que puedan relajarse las restricciones si no hay un sinceramiento del tipo de cambio. Es decir, la brecha no es sólo bajar el CCL, tendrá que subir el piso. Quizás el modelo a mirar sea el salto del tipo de cambio del primer trimestre del 2014.

Las 3 D: distorsiones, disrupciones, discrecionalidad
En el interín, se aproximan disrupciones en la economía real. El sector agropecuario ya puso el grito en el cielo porque tienen que importar fertilizantes para la siembra de trigo. Como se vio en el cepo anterior, los cuellos de botella de las importaciones tienen un efecto tangible en muchos sectores industriales. Quizás la pandemia morigere un poco estos problemas ya que nadie está trabajando al 100% de capacidad. ¿Cómo se dará prioridad a las autorizaciones? ¿Podrá ser este cepo “más inteligente” que el 2012-2015? Las respuestas las tendremos en las próximas semanas.
El otro tema conexo es que los productos importados tienen que subir de precio, ya sea por su escasez relativa como por el hecho de que en algunos casos la única forma de importarlos sea usando dólares del exterior, cuyo costo de oportunidad es el mercado de “contado con liquidación”. A esto se suma la expectativa de devaluación que hace que nadie con stocks de productos en plaza opte por calibrar sus precios al dólar oficial actual. 
Por ahora el BCRA mantuvo la cuota mensual de 200 dólares para personas humanas siempre que no hayan operado dólar MEP o CCL. En abril vimos un aumento ostensible de compradores de 200. Difícil de que el número de dolarizados baje en este contexto.
La pregunta que corresponde hacerse es ¿qué es más costoso a esta altura, seguir emparchando el mercado de cambios y agregando discrecionalidad o dejar depreciar el peso como para que los incentivos no vayan todos para el mismo lado?