El proyecto de Ley de Presupuesto Nacional 2017
presentado la semana pasada se asienta sobre pautas macroeconómicas realistas
que se encuentran bastante en línea con las expectativas del mercado. Es un
avance institucional que debe ser valorado.
Sucede por primera
vez tras diez años de opacidad estadística e institucional que degradaron un
instrumento clave para la discusión y planificación de las políticas públicas. La subestimación de los recursos fiscales,
para luego ser asignados discrecionalmente y con menores controles, fue una
práctica habitual durante la última década, que llegó a alcanzar magnitudes que representaron el 25% de los recursos
fiscales y el 5% del PBI.
Mientras que el
vaso medio lleno es indiscutible, para algunos quizás el vaso medio vacío pueda
ser el gradualismo y la ausencia de reformas ambiciosas que aseguren una mejor
organización del estado y promuevan cambios estructurales positivos para el
desarrollo. Quizás deban esperar un año para empezar a tener algunas novedades.
Las principales pautas del Presupuesto
2017 son:
Crecimiento: se espera una
recuperación de 3.5%, tras estimar una caída de 1.5% para este año, en línea
con las expectativas del mercado (3.2% y -1.5%), gracias a un alza equivalente
de 3.5% en el consumo y de 14.4% en la inversión.
Inflación nacional: se respetan
las Metas de Inflación del Banco Central, que se ubican en 17%-12% para fin de
2017. La banda superior se ubica levemente por debajo de las expectativas del
mercado, que según la mediana se ubican en 19.8% para la inflación general. No
obstante, la inflación promedio anual implícita en el PBI se ubica en 19.4%,
por debajo de esa expectativa.
Tipo de cambio: se espera un
valor promedio del dólar de 17.92 pesos, en línea con el mercado y nuestras
previsiones (17.7), lo que implicaría una depreciación de 19.5% y una ligera
depreciación real, dada la menor inflación esperada (17%). Hay una pequeña diferencia
con nuestra previsión, que anticipa una ligera apreciación real, dada una
inflación cercana al 22% a fin de año.
Cuentas fiscales: se prevé
un déficit primario de 4.2% del PBI, mayor al anticipado por el MECON a
principios de año (3.3%), como resultado de un alza en la recaudación de 26.1%,
superior al 21.3% del gasto primario. La diferencia proviene de la “reparación
histórica” a los jubilados y de una reducción más moderada de los subsidios, siguiendo
el reciente fallo de la Corte. Por su parte, la inversión pública -gastos de
capital- ascendería a US$ 13 mil millones o 2.5% del PBI. Con todo, el gasto
primario pasaría a representar 23.5% del PIB el próximo año, bajando 0.4 puntos
respecto a 2016.
Financiamiento y deuda pública: no se prevé el uso de reservas para el pago de deuda, lo que marca
una diferencia importante respecto a lo sucedido desde 2010. En cuanto a las
Rentas de la Propiedad, conformado centralmente por las utilidades del BCRA y
el FGS de ANSES, se espera que pasen de ARS 182 mil millones este año a ARS 192 mil
millones en 2017, lo que implicaría una caída cercana al 10% en términos
reales. En términos del PBI, ascenderían a 1.5 puntos, frente a 2.0 en 2016 y
3.0 en 2015.