La últimas semanas sirvieron como gentil recordatorio de que en
una economía con inflación el tipo de cambio nominal tiene que depreciarse.
Nuevamente se repitió un patrón observado históricamente y el debilitamiento de
la moneda local se dio a través de un salto como respuesta a algún ruido local
o internacional. Si la historia vuelve a repetirse, el tipo de cambio se
estabilizará en el nuevo escalón por un tiempo a la espera de la próxima tanda
de ruidos.
¿Cuáles fueron los factores que se combinaron para este
salto del tipo de cambio de 16 a 17 pesos?
1. En el
plano internacional, la tasa americana de 10 años subió 20 puntos básicos desde
comienzo de julio. Algunos indicadores de actividad apuntaban a un enfriamiento
de la economía pero los números de junio de creación de empleo en el sector
privado y los comentarios de la FED en línea con una nueva suba de tasas en
septiembre volvieron a poner al mercado de bonos en guardia. La suba de tasas
gatilló un fortalecimiento del dólar a nivel global y como contrapartida un
debilitamiento de las monedas emergentes. Nuestro peso no se negocia en el
vacío y su precio depende de lo que ocurra con este grupo de monedas. Como
ejemplo, el rublo y la lira turca se depreciaron con fuerza la semana pasada.
2. En el
ámbito local, la conformación de listas y alianzas de cara a las elecciones de
octubre trajo también nueva información al mercado y removió el avispero. Desde
lo operativo, la elección no cambiará las mayorías legislativas. Sin embargo,
desde lo estratégico el resultado de las elecciones permitirá evaluar las
probabilidades de encarar un proceso de consolidación fiscal en la segunda
mitad del mandato de Cambiemos y eventualmente su continuidad más allá de 2019.
Un fortalecimiento de la oposición generará menos inversiones y un tipo de
cambio nominal más alto. El mercado hizo una jugada conservadora la semana
pasada y buscó protección refugiándose en el dólar.
3. El Banco
Central estimó que el movimiento del dólar era lo suficientemente moderado como
para no afectar la inflación esperada. Así, se mantuvo a un costado sin
intervenir bajo el entendimiento de que el pass-through o traspaso de esta
veloz depreciación a precios será bajo. Recordemos que la adhesión del Banco
Central a un sistema de tipo de cambio flexible no lo inhabilita para
intervenir frente a valores extremos (ya lo hizo en marzo de 2016 vendiendo
dólares a 16 y en abril de 2017).
¿Cuáles son los factores que se mantienen para estabilizar
el tipo de cambio en este nuevo nivel de 17 pesos?
4. Por un
lado, los fundamentos económicos siguen mostrando un déficit fiscal
relativamente alto y su financiamiento va a ser conseguido fundamentalmente a
través del mercado internacional. Eso genera una tendencia a un peso fuerte.
5. Asimismo,
la política monetaria contractiva del Banco Central para contener la inflación
también incentiva el ingreso de fondos desde el exterior que vienen tentados
por tasas de interés relativamente altas.
6. Finalmente,
si el Banco Central evaluase que la depreciación del peso deja de ser moderada
y puede tener un pass-through hacia la inflación que pueda preocupar, entonces
podrá usar su bala de plata y vender dólares para calmar la plaza.