lunes, 22 de mayo de 2017

¿Qué está pasando con el consumo?

En el consumo los brotes verdes están apareciendo más lentamente y con menos fuerza que en otros sectores. Tras el ajuste de tarifas, creció la proporción del gasto que los hogares destinan a los servicios públicos. Esto redujo el ingreso disponible para consumo de bienes en muchos hogares, sobre todo en aquellos que no ahorran ni acceden al crédito. Al mismo tiempo, la estrategia oficial es impulsar el crecimiento a partir de la inversión y las exportaciones. En este contexto, el consumo privado debe acompañar, aunque no liderar la expansión.
Aún así, los brotes verdes están empezando a aparecer. Si bien la mayoría de los indicadores de consumo todavía muestran caídas interanuales, las mismas se han estado moderando en los últimos meses, y si la comparación es contra el trimestre anterior hay claras variaciones positivas.
Pero hay que ser cuidadosos cuando se analizan los indicadores de consumo. Hay una serie de salvedades a tener en cuenta y que sugieren que la caída del consumo el año pasado no fue tan pronunciada como lo señalan algunos indicadores:
- El IPC general no es el mejor índice para deflactar series como ventas en supermercados o shoppings. Los servicios han estado subiendo más que los bienes. Por ende, cuando las ventas se deflactan por rubros propios (como alimentos, ropa, electrónicos, etc.), el consumo (en volumen) muestra una mejor performance.
- Las ventas online y mayoristas crecen en volumen y cada vez son más importantes. Está habiendo una migración desde los canales más tradicionales, como supermercados y shoppings, hacia la venta online y mayorista, que no paran de crecer. Las ventas online crecieron en volumen en torno al 8% en 2016 y ya representan dos veces las ventas en shoppings y un tercio de las ventas en supermercados tradicionales, mientras que los mayoristas (marcas como Maxiconsumo, Vital, Diarco, Yaguar o Makro) crecieron en volúmenes de ventas en forma similar y sumaron miles de nuevos clientes (cifra similar a lo que dejaron de comprar en supermercados).


- No hay buena información sobre lo que sucede en el canal informal (ferias, "chinos", etc). Dada las dificultades para relevar las ventas "en negro", a corto plazo no es fácil medir la evolución en estos canales ni las migraciones hacia compras de mayor "cercanía y frecuencia".

miércoles, 10 de mayo de 2017

Un escenario internacional más tranquilo

El costo del financiamiento para Argentina ha estado bajando en las últimas semanas y está muy cerca de los registros previos al triunfo de Trump, cuando alcanzó el menor valor desde 2007. En gran medida, esto obedece a que el mundo está ayudando mucho más de lo que se esperaba, sobre todo tras los temores iniciales que siguieron al triunfo de Trump.

Si bien el actual escenario internacional dista de representar un "viento de cola" para Argentina, las condiciones financieras externas han estado mejorando sostenidamente desde diciembre pasado. Más recientemente, ha bajado el rendimiento de los Treasuries y los riesgos políticos en Europa parecen haberse disipado tras el triunfo de Macron en las elecciones presidenciales.



Específicamente, la reciente baja en el costo del financiamiento argentino se puede descomponer en una compresión del riesgo país argentino, que es la "sobretasa" que paga Argentina y que se ubica en torno a los 400 puntos básicos -el menor nivel desde fines de 2007-, y un recorte en el rendimiento de los Treasuries de EEUU -la tasa a 10 años "libre de riesgo" bajó de 260 a 240 puntos recientemente-, sobre todo tras el traspié de Trump en el Congreso con la reforma al Obamacare y la posibilidad de que su ambicioso plan de infraestructura y recorte impositivo también enfrente resistencias.
     
Con todo, el costo del financiamiento "de largo plazo" para Argentina actualmente se ubica en torno a los 640 puntos básicos (400+240), muy cerca de los 600 puntos previos al triunfo de Trump, cuando alcanzó el menor valor en más de 10 años.