lunes, 30 de mayo de 2016

Halcones y palomas sobrevuelan el Banco Central

El debate respecto de los próximos movimientos en la tasa de interés de política monetaria ha sido profuso. Y lo seguirá siendo. El BCRA está siendo explícito en cuanto a los factores que inclinarán su decisión: cuando haya indicios claros y persistentes de desaceleración en la inflación subyacente entonces las tasas de Lebac bajarán en sintonía. El BCRA entiende como inflación subyacente a la variación de precios ni-ni, ni regulados, como las tarifas de servicios públicos, ni estacionales. Mientras tanto, desde la tribuna observamos los halcones y las palomas. 
Los halcones argumentan que la tasa corta de Lebac tiene que estar muy por encima de la inflación subyacente, o lo que es lo mismo, tiene que ser muy positiva en términos reales. Eso genera los incentivos apropiados para condicionar el comportamiento de empresas e individuos y desacelerar la inflación subyacente. Otro tema no menor es que una tasa real muy positiva y una baja más bien parsimoniosa de la tasa de política monetaria sirve para nivelar la aeronave y reducir o evitar las turbulencias en el tipo de cambio nominal que vimos en Febrero, tras la rápida baja de tasas que siguió a la unificación cambiaria. Un tercer beneficio de la postura de halcón es que el BCRA construye reputación positiva y ese mejor nombre le permite incidir en las expectativas a futuro. Un BCRA muy creíble respecto al compromiso de lucha contra la inflación es a la vez igual a una política monetaria más efectiva.  
Las palomas están más preocupadas por el impacto en el nivel de actividad de mantener una tasa de interés real tan positiva. Pecar por exceso y mantener la tasa muy alta o por mucho tiempo puede tener el mismo efecto sobre la reactivación económica que una helada tiene sobre los primeros brotes de un cultivo. Así, esta postura puede tener beneficios sobre el ciclo económico, pero también pone el ojo (no de halcón) en el ciclo político: el nuevo gobierno debe aspirar a ganar la elección de mitad de mandato en 2017 y para eso es vital que los engranajes de la actividad económica se muevan con buen ritmo hacia Abril del año próximo. Un riesgo de que se impongan las palomas es que la opinión pública pierda confianza sobre la independencia del BCRA o su compromiso en la lucha contra la inflación, minando su reputación. 
El Presidente del BCRA está del lado de los halcones, como debe serlo por su función. No deberíamos esperar otra cosa. La autonomía del BCRA debe ser respetada a rajatabla. Entonces, los argentinos enfrentamos dos escenarios posibles. En uno de ellos, ganamos todos. La inflación subyacente se desacelera pronto. Eso le permite al BCRA hacer una baja rápida y fuerte de tasas, manteniéndolas aún positivas, sin arriesgar un brote inflacionario y preservando los brotes verdes de la reactivación. El segundo escenario es menos rosa. La inflación subyacente no se desacelera pronto y entonces el BCRA tiene que hacer una reducción de tasas lenta y cuidadosa, demorando la reactivación. Ese escenario tiene como riesgos un freno a la actividad económica más prolongado y una apreciación real del peso en los próximos meses, dados los flujos comerciales y financieros que se esperan. 
En caso de que se confirme el segundo escenario, el gobierno debería sacrificar alguno de sus objetivos. No podrá pretender que mejoren simultáneamente el empleo y la actividad económica, la competitividad del peso, la situación fiscal y además disminuya rápidamente la inflación. En tal escenario, si se imponen los halcones, el escenario más probable es que el empleo y la actividad económica continúen bajo presión y que el peso siga apreciándose en términos reales.