Las
elecciones generales de ayer confirmaron lo que se sospechaba desde las PASO:
las probabilidades de que el oficialismo diera vuelta la elección eran muy
bajas, y el escenario más probable era el de una victoria
de la oposición en primera vuelta. El escrutinio provisorio está dando 48% de
votos para la fórmula Fernández-Fernández, frente a 40% de la boleta oficial de
Juntos por el Cambio.
Se hace necesario esperar
la definición de Fernández de cómo conformará el gabinete, para así poder leer
con más claridad cómo será la política económica a partir del 10 de diciembre.
No obstante, es probable que aún no haya
definiciones en temas económicos en tanto no se hayan alcanzado todavía los
consensos necesarios dentro de la coalición ganadora el día de ayer.
En cualquier caso, hay
algunas conclusiones preliminares que pueden extraerse de los resultados de
ayer y que listamos a continuación.
Fue una buena elección del oficialismo dadas
las circunstancias, reduciendo a la mitad la diferencia de 16 puntos
porcentuales que se había anotado el Peronismo en las PASO. Eso es positivo a largo plazo porque da
estabilidad institucional al sistema, con una oposición fortalecida y
unificada. No se dejaron firmados “cheques en blanco” al próximo Ejecutivo.
El oficialismo logró victorias en distritos
clave como Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, San Luis, Mendoza y Entre
Ríos. Eso permite conformar un contrapeso en el Congreso, especialmente en la
cámara de diputados, donde la alianza Juntos por el Cambio tendrá
120 escaños sobre los 129 necesarios para tener quórum propio. En cambio, en el
Senado el peronismo va a contar en la práctica con mayoría automática ya que se
alzó con 3 senadores y suma 37 sobre un total de 72. Más allá de la necesidad
de negociar y consensuar leyes en la cámara baja, esta composición del Congreso
permite descartar de plano una "mayoría automática" y una potencial
reforma de la Constitución.
El verdadero ganador dentro de la coalición
peronista es Axel Kicillof, que se convirtió en la llave del triunfo. De los 8 puntos de diferencia que obtuvo
Fernández a nivel nacional, 6 puntos provienen de la provincia de Buenos Aires.
Dado que Alberto Fernández no es el padrino político de Kicillof, esto inclina
la balanza de poder dentro de la
coalición en favor de CFK y le resta autonomía a Alberto.
En el día de hoy
hubo una reunión entre Macri y Fernández con el objetivo de asegurar una
transición lo más ordenada posible. La pelota está del
lado del presidente electo, y se espera que en las próximas horas haga
pública una lista de colaboradores para empezar a involucrarse en los temas
más importantes de la gestión de gobierno. Del lado del oficialismo, las
personas de contacto para la transición serán los gobernadores.
Todos los ojos están
puestos en las definiciones de Alberto relativas a sus referentes
económicos en el Ministerio de Economía, el Banco
Central y el Ministerio de Producción.
Hasta tanto eso no ocurra, el nivel de volatilidad e incertidumbre
serán muy altos, lo que va a repercutir en la brecha cambiaria, y el
precio de bonos y acciones.
Mientras tanto, para mitigar la caída de reservas en un contexto de
alta incertidumbre política y sin anclas nominales, el Banco Central se
vio obligado a endurecer los controles cambiarios de atesoramiento para
individuos. Se decidió no avanzar
hacia un desdoblamiento formal del mercado cambiario, seguramente a la
espera de la opinión del futuro equipo económico.
En nuestra opinión, no
hay tiempo que perder. Mauricio Macri ya se puso a disposición y Alberto
Fernández debería acelerar las definiciones para concretar una transición lo
más rápida y ordenada posible. Sin embargo, para que eso ocurra la interna
dentro del interbloque peronista debería resolverse. Lamentablemente creemos que todavía se deben estar cociendo habas y por
ese motivo es que la ansiedad de todos se pondrá a prueba en unas semanas de
alta incertidumbre.
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