La publicación de números fiscales del primer semestre dio cuenta de una
mejora notoria en el balance fiscal. Se excedió la meta
de superávit primario por más de AR$ 10 mil millones sin necesidad de recurrir
al cómputo de los “ajustadores” y prácticamente sin incrementar la deuda
flotante. Los números confirman el foco que ha puesto el gobierno en atacar el
desequilibrio fiscal desde el comienzo del programa con el FMI.
Con estos resultados, tenemos dos buenas noticias para compartir. La
primera, es que el escenario más probable es un cumplimiento del equilibrio
primario sin necesidad de recurrir a los ajustadores, y que en el peor de los casos podría registrarse un déficit de 0.3% en
el año 2019 si Hacienda hiciera uso del ajustador de gasto social. La segunda, es que continuando por esta
senda de consolidación fiscal, la dinámica de la deuda mejora sustancialmente
en los años próximos, ya que el monto de necesidades financieras se mantiene a
raya y a la vez se recupera la confianza de los inversores. Con la mejora
del apetito de riesgo de los bonistas, la renovación de vencimientos y la
emisión de nueva deuda contemplada en el programa financiero de 2020 se tornan
mucho más asequibles. Vamos por partes.
ü Proyección de
balance fiscal primario 2019: el objetivo de equilibrio primario luce cómodamente
alcanzable ya que se suman 3 amortiguadores que pueden absorber cualquier
desvío inesperado. El primer amortiguador es que acumulado a junio el Tesoro
sobre cumplió la meta por AR$ 10 mil millones. El segundo amortiguador es que
la meta fiscal se estipula en base caja y el Tesoro podría recurrir a postergar
desembolsos al año entrante contra la acumulación de deuda flotante, en tanto
el stock de dicha deuda se encuentra en mínimos históricos y con margen de
incrementarse como mínimo unos AR$ 40 mil millones de pesos sin quebrantar lo
estipulado por el acuerdo con el FMI. El tercer amortiguador lo conforman los
ajustadores de gasto social y de gasto de capital, que combinados permiten
justificar desvíos por hasta el 0.5% del PBI. De hecho, dado el desafío de
alcanzar un superávit primario de 1 punto del producto en 2020, el Tesoro
podría adelantar gastos de capital del año próximo en caso de estar disponible
ese “comodín”. Ese escenario sería el resultado de una iniciativa estratégica
del Tesoro para asegurar el cumplimiento de la meta 2020 más que el producto de
una merma de ingresos o de un recorte insuficiente de gastos.
ü Dinámica de la
deuda: el programa financiero 2020 tiene como supuestos un
superávit primario de 1 punto porcentual del producto, y la renovación del
stock de Letes, Lecer y Lecaps proyectadas a fin de 2019 en US$ 10,000
millones. Con estos condicionamientos, para cerrar el año 2020 se precisan US$
15,000 millones de nueva deuda emitida (US$ 9,000 denominados en dólares y el
equivalente a US$ 6,000 millones en pesos). Continuar con los esfuerzos de
consolidación fiscal es fundamental para cumplir con la meta fiscal 2020 y que
las necesidades financieras no aumenten, y a la vez contribuye a que los
inversores recuperen la confianza, renueven e incrementen sus tenencias de
bonos. El monto mencionado de US$ 25,000 millones de fuentes de financiamiento
para cerrar al año 2020 es muy manejable para un país como Argentina en un
escenario internacional neutro a positivo, pero para ello es central una
recuperación de la confianza.
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