miércoles, 17 de julio de 2019

La mejora fiscal es contundente y contribuye a la sostenibilidad de deuda


La publicación de números fiscales del primer semestre dio cuenta de una mejora notoria en el balance fiscal. Se excedió la meta de superávit primario por más de AR$ 10 mil millones sin necesidad de recurrir al cómputo de los “ajustadores” y prácticamente sin incrementar la deuda flotante. Los números confirman el foco que ha puesto el gobierno en atacar el desequilibrio fiscal desde el comienzo del programa con el FMI. 
Con estos resultados, tenemos dos buenas noticias para compartir. La primera, es que el escenario más probable es un cumplimiento del equilibrio primario sin necesidad de recurrir a los ajustadores, y que en el peor de los casos podría registrarse un déficit de 0.3% en el año 2019 si Hacienda hiciera uso del ajustador de gasto social. La segunda, es que continuando por esta senda de consolidación fiscal, la dinámica de la deuda mejora sustancialmente en los años próximos, ya que el monto de necesidades financieras se mantiene a raya y a la vez se recupera la confianza de los inversores. Con la mejora del apetito de riesgo de los bonistas, la renovación de vencimientos y la emisión de nueva deuda contemplada en el programa financiero de 2020 se tornan mucho más asequibles. Vamos por partes.
ü  Proyección de balance fiscal primario 2019: el objetivo de equilibrio primario luce cómodamente alcanzable ya que se suman 3 amortiguadores que pueden absorber cualquier desvío inesperado. El primer amortiguador es que acumulado a junio el Tesoro sobre cumplió la meta por AR$ 10 mil millones. El segundo amortiguador es que la meta fiscal se estipula en base caja y el Tesoro podría recurrir a postergar desembolsos al año entrante contra la acumulación de deuda flotante, en tanto el stock de dicha deuda se encuentra en mínimos históricos y con margen de incrementarse como mínimo unos AR$ 40 mil millones de pesos sin quebrantar lo estipulado por el acuerdo con el FMI. El tercer amortiguador lo conforman los ajustadores de gasto social y de gasto de capital, que combinados permiten justificar desvíos por hasta el 0.5% del PBI. De hecho, dado el desafío de alcanzar un superávit primario de 1 punto del producto en 2020, el Tesoro podría adelantar gastos de capital del año próximo en caso de estar disponible ese “comodín”. Ese escenario sería el resultado de una iniciativa estratégica del Tesoro para asegurar el cumplimiento de la meta 2020 más que el producto de una merma de ingresos o de un recorte insuficiente de gastos.
ü  Dinámica de la deuda: el programa financiero 2020 tiene como supuestos un superávit primario de 1 punto porcentual del producto, y la renovación del stock de Letes, Lecer y Lecaps proyectadas a fin de 2019 en US$ 10,000 millones. Con estos condicionamientos, para cerrar el año 2020 se precisan US$ 15,000 millones de nueva deuda emitida (US$ 9,000 denominados en dólares y el equivalente a US$ 6,000 millones en pesos). Continuar con los esfuerzos de consolidación fiscal es fundamental para cumplir con la meta fiscal 2020 y que las necesidades financieras no aumenten, y a la vez contribuye a que los inversores recuperen la confianza, renueven e incrementen sus tenencias de bonos. El monto mencionado de US$ 25,000 millones de fuentes de financiamiento para cerrar al año 2020 es muy manejable para un país como Argentina en un escenario internacional neutro a positivo, pero para ello es central una recuperación de la confianza.

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