Los datos de consumo generan cierto desconcierto. Mientras
la construcción, la industria, las ventas de autos y otros durables y la
actividad económica están creciendo a distintas velocidades respecto a un año
atrás, las ventas minoristas, en supermercados y shoppings, no logran frenar
sus caídas. Esas cifras llaman aún más la atención cuando tanto la recaudación
de IVA-DGI como la masa salarial (que combina la evolución de los salarios con
el empleo) muestran variaciones reales positivas, tras ser ajustadas por
inflación. El consumo privado representa dos tercios del PBI. Si la economía
crece como lo está haciendo, el consumo entonces debe estar creciendo también.
Pero hoy es importante entender dónde está creciendo el
consumo y por qué. Cuando se habla de consumo, se habla tanto de consumo de
bienes como de servicios. El consumo de servicios (luz, gas, peluquería,
educación, salud, restaurantes, cines, etc.) representa alrededor del 50% del
consumo privado. Los bienes representan el 50% restante, que se divide cerca de
un 35% en bienes de consumo no durables (vestimenta, alimentos y otros bienes)
y otro 15% en bienes durables (autos, heladeras, muebles, etc.).
Lo que está sucediendo este año es que el consumo privado
está creciendo, como bien lo indica la evolución del PBI, de la masa salarial o
la recaudación por IVA, aunque no parece hacerlo en todos los rubros. En
efecto, tras descomponerse la estructura de gasto de consumo en bienes
durables, no durables y servicios, se deduce que mientras el consumo de
servicios y bienes no durables debe estar creciendo en lo que va del año, es
más difícil que el consumo de bienes no durables lo esté haciendo. Esto estaría
sucediendo más allá de la migración de canales que ha estado ocurriendo
recientemente, desde los más tradicionales, como los shoppings, supermercados y
locales a la calle, hacia la venta online, en el exterior y en el canal
mayorista.
El consumo de bienes durables es el más elástico, el primero
que se corta cuando cae el ingreso real presente o esperado, mientras el de
servicios y el de bienes no durables es más inelástico. Pero además de la caída
del ingreso real el año pasado y su recuperación este año, en el medio han
cambiado los precios relativos. Se encarecieron los servicios respecto a los
bienes, y sobre todo los servicios más inelásticos al ingreso (como los
servicios públicos, la salud, etc.). Por ello el share de gasto en servicios
habría aumentado cerca de 1.5 puntos el año pasado, en detrimento de los bienes
durables y no durables. Para muchas familias, aumentaron "los costos
fijos".
Además de esta "inevitable" sustitución del gasto
en favor de los servicios y en detrimento de los bienes, hubo un segundo efecto
en contra de los bienes no durables. La inflación en bienes durables ha sido
bastante menor a la inflación general y a la inflación en bienes no durables.
Probablemente eso ayudó a que la caída del consumo de durables en 2016 no fuese
tan pronunciada y ayude a explicar la mejor performance que este año muestran
frente al consumo de bienes no durables. En este punto, tampoco deberían
ignorarse posibles efectos distributivos ni el rol que está teniendo el crédito
al consumo.
Por último, es difícil concluir a partir de estos datos que
el consumo de bienes no durables tan importantes como los alimentos esté
cayendo. Por definición, junto con los medicamentos, son mucho más inelásticos
que otros no durables (como la vestimenta, los productos de cuidado personal y
los libros, diarios y revistas). El consumo total de carne vacuna, por citar un
ejemplo, ha estado creciendo levemente en el último año y medio.
Muy importante la información que compartes. Pero no encuentro ningun boton donde suscribirme o seguir el blog. Podrías agregarlo?
ResponderEliminarHola M, agregamos el botón en el blog para que puedas suscribirte. Saludos.
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