A pesar de haber sido un año muy difícil, la mayoría de las provincias
mejoraron sus resultados fiscales en 2018. Más aún, casi todas exhibieron
superávit primario y muchas superávit fiscal. A nivel
consolidado las provincias cerraron el año 2018 con superávit primario, algo
que no ocurría desde 2014. Habrá que esperar las cifras definitivas para saber
si a nivel consolidado finalmente hubo o no un pequeño déficit fiscal.
Hay sobre todo dos factores que explican la mejora de las finanzas
provinciales en 2018. El primero factor fue una importante caída del gasto
salarial en términos reales. Cayó en 20 de las
24 jurisdicciones. A nivel consolidado, se contrajo 5.6% en términos reales. En
promedio, los salarios representan el 45% del gasto total en las provincias. El segundo factor fue el Pacto Fiscal, que
implica un tope al crecimiento del gasto y el empleo público y que en el año
2018 derivó en un fuerte aumento de las transferencias de origen nacional,
sobre todo de las automáticas y hacia la Provincia de Buenos Aires y CABA.
Pero no va a ser fácil que las finanzas provinciales vuelvan a mejorar
este año. En primer lugar, porque cabe esperar una recomposición del salario
real, más aún en un año electoral. En segundo lugar, porque entra en vigencia
la rebaja de Ingresos Brutos sellada en el Pacto Fiscal. Esto implica que muchas provincias, que en 2018 incluso elevaron la
alícuota de IIBB para muchas actividades como comercio y construcción, deberán
readecuarlas realizando importantes recortes. En tercer lugar, porque este año no se va a repetir el enorme aumento
en las transferencias de origen nacional que se dio el año pasado. Tres
desafíos para las finanzas provinciales.
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