jueves, 1 de junio de 2017

Los problemas de Brasil pegan más en la micro que en la macro

La semana pasada hubo dos coletazos políticos que se originaron en el frente externo y que pueden tener implicancias para la macro local: Trump bajo escrutinio por su vinculación con Rusia y Temer bajo sospecha de escándalos de corrupción. Aunque todavía es prematuro acertar con precisión cuán fuertes pueden ser los coletazos, el segundo requiere de mayor atención, pues sucede en nuestro vecindario y afecta a nuestro mayor socio comercial. Los canales de transmisión de un shock externo desde Brasil son básicamente cuatro:

Tipo de cambio: el real se devaluó más de 8% el día del anuncio de la investigación a Temer, aunque al día siguiente la moneda brasileña se revalorizó 3%. El Banco Central de Brasil tuvo que acelerar sus licitaciones de swaps de moneda (equivalente a los futuros de Rofex o MAE locales) y ya intervino por un monto de USD 6.000 millones. Su mensaje es que neutralizará cualquier incremento de "volatilidad política" con mayor estabilidad cambiaria. Punta contra punta, el real saltó 5% desde 3.15 a 3.30 frente al dólar. En el mismo período, el peso argentino replicó bastante bien ese movimiento y se debilitó de 15.60 a 16.20.

Canal financiero: la crisis política en nuestro vecino no tendrá efectos sobre las tasas de los Treasuries. El peso de Brasil en el PBI mundial es apenas 2.4%. No obstante, el riesgo país argentino acusó el recibo, aunque la suba fue más bien marginal de 398 a 420 puntos básicos. No vemos que haya mucha más corrección por delante, en tanto creemos que el riesgo argentino seguirá influenciado relativamente más por lo que suceda con la tasa de los Treasuries.   
               
Precio de materias primas: desde el comienzo del Temer-gate los precios de los granos se mantuvieron firmes, con trigo y maíz mostrando subas de más de 1% y la soja casi sin cambios. Al tratarse de un evento externo "micro", no se registraron penurias mayores.

Actividad: antes de estos eventos, la previsión de crecimiento de Brasil rondaba el 0.6%. No obstante, han aumentado los riesgos a la baja, en tanto ningún empresario es amante de la incertidumbre y los animal spirits seguramente se quedarán agazapados a la espera de cómo sigue la saga. Tampoco parece que sean gratuitos para otros socios regionales, aunque es apresurado por ahora prever el impacto. En nuestro país, es posible que se demore la recuperación de las ramas automotriz, química y siderúrgica.

En la medida en que la crisis en Brasil no se desmadre, la oxigenación del mercado cambiario puede ser valiosa para moderar la reciente apreciación del peso. Sin embargo, es difícil que el oxígeno dure para siempre, en tanto para los amantes del "carry trade" se puede estar gestando un mejor punto de entrada y los fundamentals para un peso fuerte siguen estando en el fondo de la escena.   

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