martes, 28 de marzo de 2017

El desempleo no sirve para predecir la recuperación

El INDEC publicó las estadísticas de mercado de trabajo del cuarto trimestre de 2016, dando cuenta de una caída de la tasa de desempleo desde 8.5% en el tercer trimestre hasta 7.6%. Si bien esta cifra luce baja en comparación a trimestres anteriores, y es alentadora al tratarse de la segunda baja consecutiva, es aún prematuro concluir que el mercado de trabajo esté ingresando en una zona de mayor fortaleza.  No busquemos brotes verdes aquí.     

Los indicadores del mercado de trabajo pueden interpretarse de manera sesgada, principalmente en un año electoral.  De ese modo, el interesado puede presentar los resultados en un contexto que exagere lo favorable o lo perjudicial de la situación. En primer lugar, compartimos una síntesis del panorama que ofrecen los números oficiales con ánimo de ser objetivos:

·      La comparación de largo plazo sigue estando afectada por la falta de una serie consistente de datos en la Encuesta Permanente de Hogares. Sólo podemos hacer la comparación con el segundo y tercer trimestre de 2016.  Cualquier otra comparación es al menos, dudosa.

·       El nivel de empleo del cuarto trimestre se mantiene sin grandes variaciones en la comparación con el tercer trimestre de 2016. 

·     El desempleo tiene un fuerte efecto estacional hacia fin de año. Si tomamos como referencia la serie de INDEC bajo la antigua metodología de la EPH, entre 2003 y 2014 el desempleo cayó en todos los cuartos trimestres. 

·     Asimismo, en 9 de los años mencionados la caída estacional del cuarto trimestre se explica por una caída en el nivel de actividad. El desempleado pospone la búsqueda hasta el próximo año.

Ahora cabe preguntarnos: ¿Es válido mirar la tasa de desempleo para intuir la trayectoria de recuperación económica?

La respuesta desde el punto de vista del análisis económico es negativa.  Los indicadores de empleo tienen una utilidad muy limitada para predecir el repunte de la actividad, su fuerza, o su magnitud. Permiten más bien mirar por el espejo retrovisor y lentamente reflejar en la estructura social las mejoras en la actividad o en el plano institucional (reforma impositiva, estímulo al empleo en las PyMES o en mejores en la regulación laboral).

La historia confirma esta versión. Por ejemplo, la recuperación económica del tercer trimestre de 2009 no fue acompañada por una caída del desempleo. Asimismo, en el año 2014 el PBI comenzó a crecer en el cuarto trimestre y si bien el desempleo cayó, fue debido a la fuerte caída de la actividad y no a un crecimiento del empleo.

Mirando hacia adelante, es posible que la próxima publicación del mercado de trabajo del primer trimestre de 2017 muestre un aumento en la tasa de desempleo por motivos puramente estacionales. En ese contexto, la oposición probablemente intente capitalizarlo. Como en una partida de ajedrez, sería importante que el gobierno se anticipe y prepare su estrategia de comunicación.        

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