Las expectativas de
inflación subieron 2 puntos porcentuales en el último mes. Según el último
Relevamiento de Expectativas del Mercado que realiza el Banco Central, se
ubican en 19.4% para fines de 2018, cuando hace un mes estaban en 17.4%.
En el medio, se
anunció el relajamiento de las Metas de Inflación y se conoció la inflación de
diciembre, que fue un punto porcentual mayor a la esperada. Fue la mayor
sorpresa mensual desde que se confecciona el REM. Se ubicó en 3.1%, cuando
se esperaba 2.1%.
Es muy tentador
atribuir esta reciente suba de dos puntos en las expectativas de inflación
exclusivamente al cambio en las Metas de Inflación. No obstante, nos parece
exagerado. Las expectativas también
reaccionan a las sorpresas inflacionarias. La de diciembre fue
grande.
Cuando la inflación
mensual es mayor a la esperada, las expectativas suelen corregirse al alza.
Incorporan nueva información que hasta entonces evidentemente no estaba
prevista. Tal como se observa en el gráfico, hasta diciembre esta relación
ha sido prácticamente de uno a uno. Las expectativas se ajustaban al alza al
compás de las sorpresas inflacionarias, y en una magnitud muy similar (casi de
uno a uno). Cuando no hubo sorpresas (como sucedió entre mayo y agosto del año
pasado), las expectativas se mantuvieron prácticamente sin cambios.
Tras el anuncio del cambio de metas y la relajación que se
descuenta en el sesgo contractivo de la política monetaria, esto cambió y las
expectativas subieron dos puntos, un punto más que la sorpresa inflacionaria de
diciembre (que fue de un punto). Atribuir
todo el aumento en las expectativas de inflación al cambio en las metas de
inflación nos parece exagerado. La sorpresa inflacionaria de diciembre fue
grande y también debe haber influido en el reciente aumento de las expectativas
de inflación.
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