El costo del financiamiento para Argentina ha estado
bajando en las últimas semanas y está muy cerca de los registros previos al
triunfo de Trump, cuando alcanzó el menor valor desde 2007. En gran medida,
esto obedece a que el mundo está ayudando mucho más de lo que se esperaba, sobre
todo tras los temores iniciales que siguieron al triunfo de Trump.
Si bien el
actual escenario internacional dista de representar un "viento de
cola" para Argentina, las condiciones financieras externas han estado
mejorando sostenidamente desde diciembre pasado. Más recientemente, ha bajado el
rendimiento de los Treasuries y los riesgos políticos en Europa parecen haberse
disipado tras el triunfo de Macron en las elecciones presidenciales.
Específicamente, la reciente baja en el costo del
financiamiento argentino se puede descomponer en una compresión del riesgo país
argentino, que es la "sobretasa" que paga
Argentina y que se ubica en torno a los 400 puntos básicos -el menor nivel desde fines de 2007-, y un recorte en el rendimiento de los Treasuries de EEUU -la tasa a
10 años "libre de riesgo" bajó de 260 a 240 puntos recientemente-,
sobre todo tras el traspié de Trump en el Congreso con la reforma al Obamacare y
la posibilidad de que su ambicioso plan de infraestructura y recorte impositivo
también enfrente resistencias.
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