miércoles, 9 de noviembre de 2016

Llenando el tanque de reservas internacionales

En octubre las reservas del Banco Central subieron unos USD 7.3 mil millones, gracias a los dólares que el Gobierno obtuvo por sus colocaciones de deuda y que actualmente están depositados en el Banco Nación. Esta suba de reservas no incluye los dólares del blanqueo, que se computan aparte, ni a intervenciones cambiarias, que en los últimos tres meses han arrojado un saldo neutro, tanto con el sector público como privado.
Los países que implementan metas de inflación tienen niveles de reservas brutas respecto al PBI bastante mayores que Argentina. Las comparaciones son odiosas, pero Perú (30%), Chile (15%) o Brasil (20%) son algunos compañeros de clase que lucen bastante mejor que Argentina (7%).
Las reservas cumplen la función de "amortiguador" y permiten a los países y a sus bancos centrales estar mejor preparados para lidiar con shocks externos sin tener que comprometer sus objetivos de baja inflación y estabilidad financiera. En un mundo con volatilidad creciente en los flujos de capitales, es bueno tener un "colchón" que suavice los movimientos financieros, aún cuando ese colchón sea un sub-producto del endeudamiento público y la política monetaria, y no un objetivo primordial de ésta. En este sentido, las reservas cumplen la función de ser un seguro para usar sólo en situaciones de emergencia, moderando las fluctuaciones del ciclo económico.
Por ello es muy importante la recomposición en el nivel de reservas internacionales del Banco Central que estamos observando. Y que el proceso no se corte, sino que se consolide a mediano plazo para poder contar con más autonomía en la travesía. Las reservas brutas hoy superan los US$ 38 mil millones, aunque incluyen pasivos en dólares por US$ 17.6 mil millones de depósitos en dólares que pertenecen a ahorristas, y pasivos con el exterior por US$ 12 mil millones derivados del swap de monedas con China y operaciones de pases con bancos privados europeos. Al último día hábil del mes, se canceló deuda con el BIS por US$ 2.5 mil millones.
Así, las reservas netas de pasivos en dólares son US$ 8.3 mil millones, mucho mejor que el cero que registraban cuando ingresó el nuevo Directorio al Banco Central, pero aún por debajo de lo deseable para transmitir absoluta confianza en un mundo con flujos financieros más inestables.
Una parte de los dólares ingresados a las reservas brutas serán utilizados para pagar deuda pública en moneda extranjera, con lo cual las reservas caerán en los próximos meses contra esos pagos. Pero otra parte será utilizada por el Gobierno para financiar gastos en pesos y deberá ser monetizada y esterilizada, al menos parcialmente, por el Banco Central. Así, el aumento de reservas propias del Banco Central vendrá maridado con aumento del stock de Lebacs y del déficit cuasi fiscal. De nuevo, el aumento de reservas puede verse como un seguro, que obviamente no es gratis.  

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