Excluyendo al sector de la
construcción, el empleo formal privado
se encuentra en los mismos niveles que un año atrás e incluso por encima que
dos años atrás, cuando padecía el impacto de la recesión que siguió a la
devaluación de 2014.
A pesar de la caída de la demanda
y la actividad económica en los últimos meses y del impacto adverso que pudo
tener sobre algunas empresas la unificación cambiaria y el ajuste tarifario, el
empleo se mantiene estable respecto a un año atrás tras excluir al sector de la
construcción. E incluso crece en el
sector de servicios.
Esta exclusión del sector de la
construcción no es un capricho. El año
pasado la actividad del sector se vio exacerbada por el fuerte aunque
transitorio impulso que tuvo la obra pública antes de las elecciones. Una
parte importante de estas obras ejecutadas por empresas del sector privado se
convirtió en deuda flotante para el sector público, en tanto no fueron pagadas
por el estado el año pasado y actualmente representan un lastre para reducir el
déficit fiscal este año.
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