La semana pasada el gobierno emitió deuda en pesos a
tasa fija al 22,75% a un plazo de 18 meses. El mensaje del mercado, que siempre
se anticipa, es contundente. Para quién aún no lo percata,
tan sólo en mayo pasado la tasa de Lebac de 35 días era de 38%.
El deporte nos
enseña que no todos los puntos valen lo mismo. Torcerle el brazo al rival en
los momentos claves puede definir el resultado de un partido. Del mismo modo,
la historia nos muestra que no todas las batallas son igualmente importantes.
Algunas inclinan decisivamente la balanza y cambian el curso de la historia. El de la semana pasada ha sido un hito
importante para el Gobierno y el Banco Central en su lucha contra la estanflación.
Ya sea porque
los extranjeros apuestan a la tasa en pesos para ganarle a la devaluación
nominal, porque los locales creen que la desinflación será más rápida que lo
registrado en las últimas semanas o por la (improbable) participación de Anses
y bancos públicos, la tasa de interés en
pesos ha estado cayendo como un piano y sigue haciéndolo. No hay peor sordo
que aquél que no quiere oír.
En los próximos meses los bancos deberían ser los
encargados de propagar esta buena noticia.
Una
parte importante, prácticamente la mitad del fondeo de las entidades, son
depósitos a la vista. La baja de tasas afecta
la rentabilidad del sector a corto plazo, ya que mientras no ahorran costos
por el lado de sus pasivos (los depósitos a la vista tienen un piso de tasa en
cero), cuentan con menos ingresos por las inversiones en bonos que realizan de
ahora en más.
El desplome de la tasa en pesos en apenas pocos meses
y la señal de que seguirá bajando ofrecen un incentivo a las entidades
financieras para "fijar" sus ingresos volcándose a otorgar préstamos a
tasa fija antes que sea demasiado tarde. Y si bien la demanda de crédito
todavía se encuentra deprimida, se revertiría rápidamente en los próximos meses
con la mejora del nivel de actividad. La mayor competencia
bancaria que está queriendo promover el Banco Central también debería ayudar a
que baje el costo del crédito bancario.
El abaratamiento y el repunte del crédito y la
actividad económica están a la vuelta de la esquina. Siempre es mejor
entenderlo más temprano que tarde.
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